viernes, 7 de julio de 2023

las uvas negras

 había un cuenco con uvas negras

un poco marchitas, dejándose ir

en la tarde de aquel verano pesado y lejano

sobre un viejo mantel de hule, manchado

                                                        marcado

                                                        desteñido

                                                        pegajoso

cubriendo una no menos vieja mesa de madera

nunca vi aquella mesa

sin aquel viejo mantel de plástico,

sobre esa mesa desconocida 

el viejo mantel envejecido

y sobre todo eso

                                el cuenco con las uvas negras, marchitas

y las moscas revoloteando

en el aire de aquella cocina casi olvidada,

tres, cuatro, tal vez cinco moscas

girando en el pesado aire de aquel lejano verano

cuyo recuerdo reaparece en forma de uvas negras, marchitas

cuyo sabor no recuerdo

por que no recuerdo haberlas comido.

a mis 58 años la vida continúa

sin embargo en algún rincón 

de la memoria

aquellas uvas negras permanecen un poco marchitas

y permanecerán eternamente

cuando yo no esté más para recordarlas.


miércoles, 30 de noviembre de 2022

20 años, muchas más que 20 fotos. Viole, la historia de un amor perruno y eterno.

 Llegó a nuestras vidas con muy poco tiempo de vida, era una cachorrita hermosa y blanca, un pompón de algodón blanco. Suavecita, bellísima. Violeta fue el nombre elegido. Y así empezó una nueva vida para nosotros con esta nueva integrante. Comenzó de esta manera a formar parte de nosotros y de nuestra historia familiar y fue así hasta este lunes, en que entre todos decidimos que era mejor soltarla y dejarla ir. Las fotos no siempre hacen justicia a la historia que hay detrás, las fotos apenas son un pequeño chispazo de luz que viene a nuestra mente y nos trae un recuerdo. Viole llegó para adueñarse de nuestro hogar y de nuestros corazones. Milagros de los Santos creció junto a ella, crecieron juntas, como hermanitas. Viole siempre a los saltos alrededor de Mili cuando la veía llegar, cuando la sentía cerca, casi al final cuando la oía y la presentía. El vínculo entre un perrito y una persona es algo mágico e inexplicable, es un vínculo de amor incondicional que nos enseña precisamente que el amor es eso que damos sin esperar nada a cambio. Viole nos dio todo a lo largo de su vida. Hoy su ausencia nos hace un enorme nudo en la garganta, nos duele demasiado, pero ya forma parte de nosotros. Gracias, gracias y más gracias Viole por tantos y tan hermosos recuerdos. Van aquí algunas pocas fotos suyas que tratarán de hacerle justicia.









viernes, 25 de noviembre de 2022

Like o no Like.

 

 

Qué cosa con esta costumbre de poner emoticones ahí por los muros de las redes sociales. Sea cual sea la red social, ponemos un pulgar para arriba o uno para abajo, un corazoncito, una sonrisa, una carita enojada, un aplausito, etc… Pero casi no hay impresiones escritas, no hay devoluciones explicadas más que con esos dibujitos simpáticos, coloridos pero que a veces aburren, cansan y son tan fríos e inexpresivos, tan faltos de humanidad.

De veras que yo prefiero que cuando escribo alguna reflexión, alguien, quien sea, aunque no nos conozcamos me apruebe o desapruebe escribiéndome algunas palabras al menos. Las “redes sociales” por momentos “desocializan”, porque ponen mayor distancia entre las personas, cumplen con la formalidad de responder sin involucrarse demasiado.

Hoy es viernes en Buenos Aires, Argentina. Está cayendo la tarde, dándole lugar a la noche. En el poniente ya se vislumbran los tonos violáceos y anaranjados de esta primavera del Gran Buenos Aires. Una brisa fresca recorre la calle, entra por mi ventana agitando la cortina. Se van apagando los rumores callejeros del tránsito.

Es el atardecer de otra jornada de búsqueda laboral, que llega a su fin tratando de encontrar eso que se esconde mezquino: un empleo. Mañana será sábado, luego domingo y finalmente (o nuevamente) lunes para comenzar todo de nuevo.

Muchas gracias y buen viernes.

domingo, 6 de noviembre de 2022

La casa de Ernesto Sabato

 

 







Realmente fue un sueño hecho realidad, después de haberlo pospuesto por mucho tiempo, finalmente las cosas se juntaron para que decidiera salir de mi casa, tomar un tren, un metro, otro tren y dar mis pasos hacia esta dirección en Santos Lugares. Porque llegué allí en un viaje que tal vez empezó una vez, sin saberlo, leyendo El túnel y siguió por Sobre héroes y tumbas y todos los demás libros. No voy a agregar nada nuevo sobre Ernesto Sábato, no soy quien. Lo que puedo decir es que, mientras escribo esto, me queda un nudo en la garganta, una alegría casi infantil, un sentimiento raro que me llega en este momento de mi vida. La felicidad y la emoción podrían resumir mi estado de ánimo ayer. Y me quedo corto, muy corto con esa descripción. Las fotos no le hacen justicia al lugar, para nada, mis palabras apenas hablan de lo que sentí. Vi los rincones de su casa amada, sus muebles, sus libros, su máquina de escribir, sus pinturas, sus pinceles, sus paletas, su patio, todo lo que había visto muchas veces en fotografías y hasta en reportajes que se habían hecho de él. Por un momento me atreví a invadir su lugar en el mundo, este mundo tan doloroso para él, y sentí una enorme alegría al caminar por su casa. El corazón no entró en mi pecho. Veía aquellas cosas materiales que en vida le habían pertenecido y me costaba respirar, si mi visión se nublaba, mis ojos no alcanzaban a recorrer todo con una ansiedad infantil. "Querido y remoto niño..." esas líneas que una vez leí y sentí que estaban dirigidas a ese niño que una vez fui. Siento que guardaré para siempre la impresión que tuve ayer en esa casa, la impresión que también fue algo físico, claro, porque mi cuerpo era tan consciente como mi alma y mi corazón de ese lugar, que había permanecido mucho tiempo en un espacio de la imaginación y que, por esas cosas del destino, tenía que ir a conocer. La visita duró solo dos horas, pero en mi memoria creo que durará para siempre. Gracias una vez más por estar en el lugar correcto.

jueves, 2 de junio de 2022

Mi Pequeña Tienda de Arte

El año 2020 quedará en la memoria de todos quienes lo hemos transitado de la mejor o peor manera. Nos ha sucedido de todo y no voy a enumerar lo que cada uno ya sabe, siente en su interior o que le ha costado.

Para mí el 2020, más allá de la pandemia, de la pérdida de seres queridos o de la personal pérdida del trabajo, significó un reencuentro muy personal e íntimo, con una parte mía que no recordaba. Un reencuentro con mi propia historia familiar. Un redescubrimiento de habilidades que no recordaba tener. Sencillamente me encontré nuevamente utilizando herramientas y volví a encontrarme con la madera como materia prima de un sueño que comenzó a gestarse por aquellos días. Volvieron a mí las imágenes que aún tenía de mí mismo, de muy chico, jugando en una carpintería en la cual trabajaba uno de mis tíos. Allí fui aprendiendo, sin saberlo, los rudimentos de uno de los oficios más viejos del mundo: la carpintería. Y se metió para siempre en mi memoria el olor de la madera, la textura, la suavidad o aspereza que podían darnos. Aserrín y viruta en la ropa, el pelo, las manos. Todo eso fue volviendo desde que fui haciendo poco a poco realidad el sueño de mi Pequeña Tienda de Arte.

Hoy recorriendo el difícil camino del artesano, con sueños y pretensiones artísticas, vuelvo a conjugar todos esos saberes que tenía tal vez dormidos y que ahora combino con la pintura, el dibujo, el diseño. Realmente la imaginación no tiene límites, apuesto todo a la creatividad de la que dispongo para hacer día a día realidad mi emprendimiento artístico, que estoy absolutamente consciente está gateando todavía.
Pocas cosas fui teniendo en claro desde el principio, una de ellas era que tenía que ver y mucho con el reciclado de la madera y fui entendiendo poco a poco, que, en la reutilización de maderas descartadas por otros, estaba el origen de todo lo que fuera a hacer. Cuando digo que la imaginación no tiene límites, no me equivoco o también puedo decir que el límite de mi creatividad es mi propia imaginación. Cientos, miles de objetos están ahí esperando para ser construidos a partir de pedazos, aparentemente inservibles de madera, que yo puedo volver a utilizar, a re-significar en otro objeto, porque a partir de técnicas artísticas como el collage, el ensamblaje, me permiten y me dan lugar a jugar con formas, con volúmenes, con colores, por supuesto. Y al final el objeto construido con madera, la vieja y querida madera.
Hoy siento que hay tantos objetos por construir, objetos utilitarios o decorativos, objetos que son hechos para la contemplación y que nos cuentan historias. Porque de eso se trata de dejar una huella con forma de historia y que hoy cuando una persona decide llevarse uno de esos objetos, me está dando, sin decírmelo, la razón de que debo continuar soñando para que más objetos puedan seguir ese camino.

martes, 1 de febrero de 2022

Basqui






 


Era como si siempre lo supiera, que el tiempo que tenemos aquí es efímero, frágil, insuficiente. Que no debemos perderlo en tonteras y que juguemos, porque era lo que siempre nos proponía: jugar, porque él había venido a eso, a jugar con nosotros. Vino a decirnos y pese a nuestro dolor, a demostrarnos, que la vida es un suspiro y se mide en momentos, en aquellos momentos donde la alegría nos hace olvidar por un instante, que la muerte está cerca y que solo es una parte más de la vida, que forma parte de ella.

Basqui fue nuestro Principito en estos últimos años, se fue tan de repente como había llegado. Pasó fugazmente por nuestras vidas y las transformó. Nos llenó de alegría, de un amor inmenso y desinteresado, vino a enseñarnos a jugar, que la vida son solo momentos, vino a enseñarnos a ser agradecidos por todo lo recibido, y que agradezcamos cada día. Que cada mañana nos levantemos con una sonrisa, como cada mañana que él nos despertaba o bien haciendo mucho ruido mientras corría a Blue (la gata) o bien con tiernos mordiscos en la pierna, para que le demos de comer.

Vienen a mi mente miles de momentos donde aparece nuestro nenito negro, donde muchas de esas veces era para retarlo por alguna macana que se había mandado y entonces se escondía, o para morirnos de risa por sus ocurrencias y travesuras, para escucharlo “hablar” mientras nos miraba fijamente, porque nos hablaba mirándonos a los ojos, también cuando se acercaba aquí mismo donde estoy ahora sentado a la mesa, escribiendo, para tocarme el brazo porque me había traído una colita del pelo toda estirada, porque adoraba ir a buscarla cuando se la tirábamos, esa colita de pelo era su juguete favorito.

Ahora mismo lo imagino en cada rincón del departamento donde solíamos verlo, porque habitó muchos, quietito, con sus patitas recogidas, como “pan lactal” como pensando mientras dormitaba en cosas que solo él sabría.

Basqui nos trajo alegrías y emociones, porque hasta esta última, la de la tristeza, también llegó para enseñarnos y la mayor enseñanza que rescato es la del agradecimiento. Yo en lo personal agradezco la bondad y belleza de este hermoso animalito que vino a nuestras vidas por tan poco tiempo, tan corto, pero a la vez tan intenso.

Ahora la vemos a Blue, recorriendo el departamento olisqueando los espacios, sin dudas lo huele, pero no lo ve, lo extraña, peleaban bastante, pero sin embargo cuando estaban en la cama y él se dormía, ella se acercaba a lamerle la cabeza. Era una relación de amor odio, sin dudas, jajajaja.

Estamos viviendo un tiempo de duelo en la familia. Lo hemos llorado mucho, yo seguiré llorándolo por algún tiempo, es una herida que llevará tiempo cicatrizar. Llegarán los momentos de recordarlo por tantas cosas hechas y no hechas también, porque a veces bastaba oír un ruido en la cocina, para llamarlo, y él aparecía entonces viniendo de alguna habitación. Nos dejó miles de anécdotas, nos regaló recuerdos imborrables, dejó una hermosa huella en nosotros y esa cicatriz, se irá borrando a fuerza de sonrisas, de las sonrisas que él nos arrancaba y que aún nos arranca.

Ahora lo pienso, pero no estoy seguro, tal vez llegue a nuestras vidas otro gatito, es difícil saberlo. No ocupará su lugar, definitivamente no lo reemplazará, pienso que adoptar a otro gatito, sería darle la oportunidad a un gatito rescatado, de tener una familia como la que Basqui tuvo y de ser feliz como él lo fue con nosotros, porque no tengo dudas que él fue tan feliz como lo fuimos nosotros con su presencia. Es verdad que nosotros somos elegidos por nuestras mascotas y no al revés. Es muy probable que allá afuera haya otro/s que esperan por una familia. El tiempo lo dirá.

Gracias nenito hermoso. Volá alto y gracias por haber estado con nosotros. Tu presencia nos acompañará por siempre.

 

1-2-2022

miércoles, 12 de enero de 2022

¿Y esto, para qué sirve?

 


 

Es una pregunta lógica del común de la gente, que el artista no se plantea. Simplemente porque sabe o cree saber que el arte no sirve para nada. Porque cuando el artista crea, tiene otras preguntas en la cabeza: ¿podré pagar el alquiler?, ¿me alcanzará para las expensas?, con esto ¿pagaré la luz, el gas, el agua, el teléfono?, ¿me quedará para ir al chino? ¿Puedo vivir del arte?

Estas y otras preguntas por el estilo, son las preguntas más urgentes que un artista urbano se hace. La utilidad o no del arte, pertenece a otro género de preguntas que el artista no se hace, no suele hacerse porque esas preguntas le dan cierto pudor, le hacen cosquillas en ciertas partes del cuerpo que prefiere no rascarse.

- ¿Y esto, para qué sirve? dispara la señora sin ponerse colorada, mientras sostiene con la mano un pequeño objeto con pretensión artística.

Podría ensayar alguna respuesta, como que la belleza en sí, no es útil para nada, o que lo que sostiene con la mano es un pequeño milagro, un simple hecho estético absolutamente inservible más que para la contemplación y el disfrute, que la única utilidad que podría tener es ser la excusa para darle algo de dinero al artista.

Podría ensayar otras respuestas, pero son respuestas que a nadie o muy poca gente satisfaría. En realidad, yo no vengo ni a responder esa clase de preguntas, ni a satisfacer curiosidades ajenas.

Sólo vengo a mostrarles mis pequeños objetos, creados desde el amor y la pasión.

Muchas gracias.